miércoles, 30 de mayo de 2012

Un baño sónico en territorio de ovnis I

El "Integratron" se anuncia como una máquina rejuvenecedora, mezcla de arte, ciencia y magia, elaborada bajos precisas instrucciones de los extraterrestres. Se trata de una edificación con techo en forma de domo, construida a finales de los años 50 por el ufólogo e investigador de cuestiones paranormales, George Van Tassel, y que recibe a quien quiera experimentar la sensación de un baño sónico, en las cercanías de la localidad de Landers, en el desierto de Mojave (California). Dice la leyenda que fue después de meditar a la sombra de una roca gigante cercana, cuando Tassel recibió precisas instrucciones de seres venidos de Venus para construir una máquina que prologara la vida y ayudara a aprovechar la sabiduría de la edad, así como un proyecto de investigación sobre la antigravedad y los viajes en el tiempo. Según sus actuales administradores, la estructura de 11,5 metros de altura por 16,7 de diámetro, utiliza las propiedades curativas de lo que se conoce como "geometría sagrada", que comparte con famosos edificios como la Basílica de San Pedro. A un precio de 25 dólares por persona, el "Integratron" abre sus puertas a quienes quieran escuchar los sonidos que emanan de una docena de vasijas de cuarzo manipuladas por un guía, durante cerca de una hora. "Lo importante es que si se duermen no vayan a roncar, porque eso incomoda a sus vecinos", advierte Daytron, quien dirige el baño sónico, tras advertir que no se permiten cámaras que los filmen y que se deben apagar los teléfonos móviles. En cada turno, el domo se va llenando lentamente con una veintena de visitantes, que se acuestan en tapetes de yoga y escuchan un concierto de sonidos "in crescendo", cada vez más embriagador gracias a las propiedades acústicas de la cámara. 

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