El "Integratron" se anuncia como una máquina rejuvenecedora, mezcla de arte, ciencia y
magia, elaborada bajos precisas instrucciones de los extraterrestres.
Se trata de una edificación con techo en forma de domo, construida
a finales de los años 50 por el ufólogo e investigador de cuestiones
paranormales, George Van Tassel, y que recibe a quien quiera experimentar
la sensación de un baño sónico, en las cercanías de la localidad de Landers,
en el desierto de Mojave (California).
Dice la leyenda que fue después de meditar a la sombra de una roca gigante cercana,
cuando Tassel recibió precisas instrucciones de seres venidos de Venus para construir una
máquina que prologara la vida y ayudara a aprovechar la sabiduría de la edad, así como un
proyecto de investigación sobre la antigravedad y los viajes en el tiempo.
Según sus actuales administradores, la estructura de 11,5 metros de altura por 16,7 de
diámetro, utiliza las propiedades curativas de lo que se conoce como "geometría sagrada",
que comparte con famosos edificios como la Basílica de San Pedro.
A un precio de 25 dólares por persona, el "Integratron" abre sus puertas a quienes quieran
escuchar los sonidos que emanan de una docena de vasijas de cuarzo manipuladas por un
guía, durante cerca de una hora.
"Lo importante es que si se duermen no vayan a roncar, porque eso incomoda a sus
vecinos", advierte Daytron, quien dirige el baño sónico, tras advertir que no se permiten
cámaras que los filmen y que se deben apagar los teléfonos móviles.
En cada turno, el domo se va llenando lentamente con una veintena de visitantes, que se
acuestan en tapetes de yoga y escuchan un concierto de sonidos "in crescendo", cada vez
más embriagador gracias a las propiedades acústicas de la cámara.
No hay comentarios:
Publicar un comentario