lunes, 7 de octubre de 2013

Ovnis agrupados, gigantes y del color de armas de fuego

En el departamento de Oruro ocho objetos juntos, no identificados, fueron fotografiados por los músicos de Octavia. En La Paz, un platillo volador atravesó por encima de la Plaza Abaroa. En Cochabamba una especie de trompo negro se acomodó sobre la fábrica Taquiña.



“(...) Vi algo que se movía lentamente en el cielo y no tenía forma de avión. Era más bien un objeto alargado y romboide”, detalla el vocalista de la agrupación boliviana “Octavia”, Omar González, respecto al objeto volador no identificado (ovni) que avistó en el cerro Santa Bárbara (Oruro).

Este suceso -que tiene respaldo fotográfico y videográfico según el músico- no sólo fue testificado por el vocalista, sino por tres integrantes más de la banda.

Por su parte, el guitarrista de “Octavia”, Simón Luján, recuerda que el avistamiento sucedió durante una visita al monumento de la Virgen del Socavón, específicamente cuando los músicos se acercaban a la sombra proyectada por la imagen de 45 metros de altura.

Simón dice que el objeto, además de estar a una altura considerable del cielo, giraba. Por ello, los cuatro músicos empezaron a filmar y tomar fotografías del mismo. Sin embargo, el suceso no quedó ahí.

Al llegar a su casa, Simón bajó las fotografías a su computadora, y al verlas a detalle quedó estupefacto. “En la toma que realicé no sólo se veía un ovni, en total habían ocho dispersos por el cielo”, relata.

Para corroborar el hecho, Simón pidió a sus compañeros que le mostraran las fotos tomadas por ellos y en todas se divisaba la misma cantidad de “puntos raros”.

EN EL CIELO PACEÑO

Pese a que la mayor parte de la población considera que estos avistamientos sólo suceden en zonas alejadas -tal es el caso del ovni del cerro Santa Bárbara (Oruro)- los cielos de la urbe paceña también fueron “tocados” por ovnis, según un testigo.

Al promediar las seis de la tarde de un día de octubre de 2012, Víctor Téllez tomaba un descanso junto a un grupo de amigos en la Plaza Abaroa (La Paz). Sin embargo, la amena conversación que protagonizaban estos jóvenes se vio interrumpida por un “platillo volador”.

“Como estaba atardeciendo, el sol nos obstruía la visión, pero logramos ver un platillo de color plateado en el cielo”, comenta Víctor, a tiempo de indicar que el fenómeno duró cerca de 15 segundos en los que logró fotografiar la trayectoria que siguió el objeto.

Una de las dos fotografías proporcionadas por Víctor da cuenta de un ovni oscuro y de forma circular que transitaba sobre la estatua de Eduardo Abaroa. La segunda imagen muestra al mismo “platillo” siguiendo su trayectoria sobre los edificios del centro paceño.

El testigo asegura que se trataba de un platillo volador y no de un fenómeno climático porque en ese momento en el cielo no había nubes.

“PARANORMAL”

Víctor Téllez en la actualidad es parte del equipo de investigación del “Proyecto Ovnis” y se integró a esta entidad porque dice haber vivido “experiencias paranormales” desde los seis años.

Lo último que le sucedió fue lo de la Plaza Abaroa, pero lo primero pasó una madrugada de julio del año 2003, cuando “una inmensa luz” se situó a 300 metros de su casa, no obstante no le dio tanta importancia.

Un año más tarde, el 2004, la misma luz estaba entre las nubes y se quedó ahí durante media hora, bajo la mirada de decenas de vecinos de Víctor.

Tras ese intervalo de tiempo, la luz se movió a la zona del Calvario (zona periférica de La Paz) y descendió cambiando a una tonalidad negra. Estos sucesos promovieron su inclinación al estudio de estos fenómenos.

EN COCHABAMBA

Continuando con los testimonios bolivianos de hechos sobrenaturales, es necesario abordar uno de los pocos ocurridos en el contexto local.

Según el ufólogo Pablo Santa Cruz, el caso que se narrará a continuación es uno de los más relevantes que se suscitó en el departamento de Cochabamba -pero no así el único-, aunque ya transcurrieron 15 años desde su avistamiento.

El hecho sucedió una mañana del año 1998, cuando Germán Grundy (53) transitaba en vehículo por la avenida Blanco Galindo. De pronto, llamó su atención un objeto que estaba a la altura del cerro.

“Me bajé del auto y me subí a una pasarela para verlo mejor”, relata Grundy, e inmediatamente detalla que el objeto era de un tono negro brillante “como el de las armas de fuego” y tenía forma de trompo.

Cuenta que el ovni no dejaba de girar y se situó a 200 metros sobre aquella construcción por más de cinco minutos. “Lo sorprendente es que si yo lo veía desde el kilómetro cuatro de la Blanco Galindo, imagino que el objeto -por lo menos- tenía el tamaño de un edificio”, asevera.



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