El único objetivo del XVII Congreso Internacional de Ovnilogía, que se extenderá hasta el próximo domingo es, "hacer docencia en un tema tan controvertido y, a veces, tan mal presentado", explica Luz Mary López, directora del Centro de Informes Ovni (CIO) y organizadora del encuentro.
La mítica ciudad de Capilla del Monte, en la provincia de Córdoba, a 800 kilómetros de Buenos Aires, es famosa por los centenares de testimonios de personas que aseguran haber visto objetos voladores no identificados en sus calles y, en especial, en su famoso Cerro Uritorco.
"Yo los vi dos veces y traté de convencerme de que era un satélite o un avión, pero los movimientos de las luces eran bien lentos y, de repente, en un segundo, cruzaban todo el cielo hasta el cerro", relata María, una vecina de la ciudad, que confiesa que se asustó mucho.
No sólo los locales asisten al congreso, de hecho, quizás son los menos entre los participantes que llegan desde todas partes del país sudamericano a esta enigmática ciudad, que ostenta cientos de encantos naturales y alguna que otra figura de marciano a medida que se la recorre.
"Es la primera vez que vengo, y a pesar de todo el folclore que gira alrededor del tema, creo que ésta es una oportunidad para encontrar buena información científica, porque sé que son rigurosos", señaló Víctor, un docente de la ciudad de Rosario.
"Todos miran a Capilla del Monte porque aquí sucedió el único hecho que trascendió las fronteras de Argentina", afirmó la organizadora, quien también es la viuda del fallecido Jorge Suárez, investigador pionero en ovnilogía en el país sudamericano.
La huella del pajarito
El evento al cual se refiere López es "La huella del pajarillo" y data de 1986, cuando un niño y dos ancianas fueron testigos de una nave que pasó y dejó una huella en la Sierra del Pajarillo, dentro del Cerro Uritorco.
"El niño vio una cosa, colores y una luz enorme que bajaba por la sierra y, al día siguiente, encontraron una marca de 120 por 70 metros en un lugar de imposible acceso", relató la investigadora del CIO, fundado por ella y Suárez en 1992.
"Año y medio después, se incendió toda la sierra pero el fuego no llegó a la huella y ya han venido de todas partes del mundo a investigarlo pero no le han encontrado explicación", añadió.
Tras esa huella, hoy son más de cien mil los caminantes que ascienden al enigmático cerro cada año en esta ciudad cordobesa, cuando antes de 1986 sólo eran 400.
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