Hace 43 años el cohete espacial de la NASA Apolo 11 realizó la primera llegada del hombre a la
Luna en la historia de la humanidad. Y por ese motivo, los estadounidenses realizan este viernes un
homenaje solemne a los héroes de la misión lunar.
El 20 de julio de 1969, el astronauta Neil Armstrong se convertía en el primer hombre en poner un pie
en la Luna. “Es un pequeño paso para el hombre, un salto gigante para la humanidad”, fueron las
palabras de Armstrong al pisar por primera vez el satélite natural de la Tierra.
El siguiente en poner un pie en la superficie lunar fue Buzz Aldrin, segundo miembro de la tripulación
de aquella expedición. El tercero, Michael Collins, se quedó en órbita en torno a la Luna. La NASA
prepara el regreso de los estadounidenses a la Luna, previsto para el año 2020.
Por supuesto, la versión oficial de la historia contiene una serie de contraversiones afiebradas que
niegan la verdad del evento, basado basicamente en la idea de que la carrera espacial terminó con la
llegada del hombre a la luna, marcado su fin con un engaño masivo de parte de USA para hacer creer
que había superado a la URSS tecnológicamente.
Sin embargo, a pesar del debate acerca del evento, que tiene a científicos y pseudocientíficos
discutiendo en foros de Internet, lo cierto es que la verdadera “conspiración” no tendría que ver con el
hecho de haber llegado o no a la luna, sino de los descubrimientos que se hicieron en el satélite
natural, que llevaron a la ex URSS y USA a dejar de lado diferencias y seguir juntos el camino de la
exploración espacial.
En julio de 1975, llegó el hito que puso fin a la carrera espacial tal y como se la conocía. La culpa de
ello la tuvo la primera misión conjunta de las dos grandes potencias enfrentadas en la Guerra Fría:
USA y la URSS. Esta misión consistió en el acoplamiento en el espacio de una nave soviética, la
Soyuz 19, y una nave estadounidense, la Apolo 18 (aunque nunca se llegó a utilizar este número para
referirse a la misión).
La tripulación estadounidense estuvo formada por Thomas Stafford, Vance Brand y Deke Slayton,
mientras que la tripulación soviética estuvo formada por Alekséi Leónov y Valeri Kubasov. Ambas
naves fueron lanzadas con tan sólo 7 horas de diferencia el 14 de julio de 1975, teniendo el
acoplamiento lugar dos días más tarde, momento que quedaría inmortalizado en el apretón de manos
entre Thomas Sttaford y Alekséi Leónov.
De cualquier forma, la vuelta de tuerca conspiracionista no ha encontrado mayores respuestas y
termina derivándose en avistamientos de OVNIS, supuestas conversaciones entre astronautas y el
centro de mando acerca de avistamientos extraños y toda suerte de datos procedentes de fuentes
cuestionadas másque nada por su falta de soporte oficial.
Y son esos espacios oscuros, propiciados más por una realidad caótica que por algún plan en las
sombras, los que terminan alimentando a los relatos conspirativos de la siguiente generación: según
estos relatos (y refutada la teoría del engaño de USA) el engaño fue realizado por las potencias en
conjunto, caminado de la mano a un gobierno mundial único, aparentemente enfrentado a una vida
extraterrestre hostil, algo mencionado además en las denucias sobre el proyecto Blue Beam.
Esta teoría sobre el fraude sugiere que estadounidenses y soviéticos desarrollaron conjuntamente su
tecnología espacial. La NASA trucó las fotografías de los Apolo porque, con los soviéticos, estaban
construyendo bases en la Luna para utilizarlas como escalas hacia una base definitiva en Marte. Esta
teoría fue lanzada en un documental trucado llamado Alternative Three, de la serie Sciencie Report
realizada por TV Anglia.
Originalmente programada para el día de los inocentes, el programa se emitió finalmente el 20 de
junio de 1977. Produjo un diluvio de reacciones, comparable al pánico producido por la emisión de
Orson Welles La guerra de los Mundos en 1936.
En el documental se afirmaba que el mundo se enfrentaba a un supremo desafío ecológico. A
continuación, un equipo de científicos y consejeros gubernamentales aportaba tres alternativas para la
salvación de la humanidad. La primera consistía en detonar de manera controlada cabezas nucleares
en la atmósfera para hacer que la contaminación se disperse por el espacio. La segunda era construir
enormes bunkers subterráneos para alojar en ellos la elite rica, inteligente y poderosa del mundo.
Pero la tercera alternativa fue el plan elegido.
En este escenario, los seres humanos colonizarían el planeta más cercano capaz de mantener vida:
Marte. Según el programa, en los años cincuenta ya se habría enviado una sonda americano-soviética
para explorar la cara oculta de la Luna y en ella se habría construido una base para viajar a bases
marcianas. Una vez montadas estas bases, los ricos y poderosos abandonarían la Tierra para ir a
Marte, dejando que el resto de la humanidad se las arreglase en una Tierra condenada a morir.
Por increíble que pueda parecer todo esto, muchos televidentes creyeron en el documental, a pesar
de que en muchos periódicos se advirtió de que se trataba de una ficción. También tenía una lista de
actores al final del programa y una nota de copyright que indicaba 1 de abril de 1977.
El programa no se difundió en USA porque en él se presentaban teorías de ocultación de la “verdad”.
Surgieron muchas sospechas cuando la gente se quejó de que el libro Alternative Three era difícil de
encontrar y de que el gobierno lo estaba reteniendo.
Existe otra teoría que gana fuerza. Un grupo de investigación llamado La Misión Marte (TMM) ha
empleado casi veinte años en el análisis de las fotografías de Marte y ha llegado a la conclusión de
que allí existen ruinas extraterrestres. La evidencia más convincente que presenta es la famosa
fotografía de la “cara de Marte”. Pero la NASA dice que sólo es un juego de luces.
El director de TMM, Richard Hoagland, cambió el nombre del grupo por el de La Misión Enterprise,
porque cree que ha encontrado evidencias de estructuras artificiales en la Luna. Hoagland dice que
ha llegado a estas conclusiones empleando sencillos cálculos geométricos
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