El pasado 12 de agosto la Misión Rahma de Managua volvió de su última expedición. Un grupo
andaba en Río Indio, en la Reserva Indio Maíz, y otro en Ciudad Blanca. Afirman que fue todo un éxito
y nuevamente tuvieron contacto con los “guías extraterrestres”.
Dicen “guías extraterrestres” con la mayor naturalidad del mundo. Hablan de naves espaciales y
ciudades sagradas como quien platica de automóviles y viajes a Jinotega o Masaya. Para ellos, un
conducto en el Momotombo es tan extraordinario como un túnel en la Catedral de León y las bases
submarinas, pues nada, solo son bases submarinas. Fuera de eso, sus vidas transcurren con
“normalidad”.
Sediles es pastelero, Marchena es contador y trabaja como chofer en una empresa de computadoras,
Salgado es escritor y tiene una pulpería en el barrio Camilo Ortega, mientras Bojorge lleva la
existencia tranquila de una jubilada. Todos tienen hijos. Familias que comparten o han aceptado sus
particulares creencias.
Aseguran que no toman ningún tipo de droga en sus encuentros.
Y aunque parte de sus mentes está
fuera de este mundo; son personas que viven con los pies en la Tierra. Eso sí, siempre están
buscando algo: luz, conocimiento o un comunicado de sus “guías”, esos que, para ellos, fueron
ángeles ayer y son extraterrestres hoy.
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